Intenta no traer tu perro a la Casa Azul

IFoto de dos perrasntenta no traer a tu perro y si no tienes otra opción déjalo en el vestíbulo y vigila que esté tranquilo y bien, y que no deje excrementos

Querido perro:

La Casa Azul no tiene nada en tu contra ni en contra de tu acompañante humano, es más, reconoce la sensibilidad de este al hacerse cargo de ti y de tus necesidades. Sin embargo, bien sabes que te riges por unos patrones de comportamiento diferentes a los nuestros humanos, y que cuando tu amo, se hizo cargo de ti, aceptó velar por el que en la práctica de esos patrones no invadas la libertad de los demás. Lamentamos profundamente que no todos los amos de perros entiendan y lleven esto a cabo, y que, al ser imposible determinar en qué casos existe esta responsabilidad y en cuales no, nos vemos obligados a negarte a ti la entrada.

El que tu amo te deje atado en la entrada no soluciona nada, es más, lo empeora. Es tremendamente injusto para ti, te sientes inseguro y te pones nervioso. Además, tu amo está lejos de ti para atender tus necesidades y para facilitar tu integración social con los humanos. En esta situación tu nerviosismo te hace a veces ser ruidoso, y perturbas el desarrollo armónico de la convivencia y de las actividades que aquí se desarrollan, y ni que decir sobre los perjuicios que ocasionamos a los vecinos (perros y humanos) que no tienen culpa de nada. Por tanto, tampoco podemos permitir que tu amo te amarre en la puerta.

Te pedimos disculpas a ti, a todos los perros y a aquellos amos que se hacen cargo responsablemente de sus perros por el perjuicio que esto os ocasiona.

LA ASAMBLEA DE LA CASA AZUL DECIDIÓ NO PERMITIR LA ENTRADA DE PERROS EN TODO EL RECINTO, ASÍ COMO PEDIR QUE NO SE DEJEN ATADOS A LA ENTRADA, PERMITIENDO SOLO LA PRESENCIA EN EL VESTÍBULO Y DE MANERA EXCEPCIONAL

AYUDA A HACER EFECTIVOS LOS ACUERDOS DE LA ASAMBLEA POR TI MISMO Y NO NOS LO HAGAS MAS DIFÍCIL TENIÉNDOTELO QUE RECORDAR. GRACIAS!

Si piensas que esto debe revisarse, sólo tienes que proponerlo en asamblea.
Mayo de 2015
NOTA: Texto prestado del Círculo Cultural Juan 23